Érika SANTELICES/AFPPunta Cana, República Dominicana
Zonas de aislamiento custodiadas por guardias: hoteles en República Dominicana han acondicionado parte de sus instalaciones para huéspedes contagiados con covid-19 con el objetivo de proteger su recuperada actividad turística, principal sector de la economía, tras el impacto de la pandemia en 2020.
Este paradisíaco país caribeño, destino de millones de personas y cruceros de todo el mundo, fue uno de los pocos que mantuvo sus fronteras abiertas ante la llegada del virus, y el gobierno quiere que siga así ante esta alarmante alza con la llegada de la variante ómicron.
Casi 5 millones de turistas visitaron República Dominicana en 2021, el doble que en 2020 y 77% de los 6.4 millones reportados en 2019 antes de que iniciara la pandemia.
Solo en diciembre se contabilizó la entrada de 728,335 personas no residentes al país, un dato histórico en las tasas de turismo mensual de la nación caribeña, según el gobierno.
Sin embargo, una parte de estos turistas ha tenido que enfrentar la contagiosidad del coronavirus.
El país reporta un brote de casos con la llegada de la ómicron, la nueva variante del coronavirus, con un récord de 5,968 contagios reportados el viernes. Hace un mes, se registraban 254 en este país que tiene altos índices de vacunación.
En total suman 444,985, aunque las autoridades han hecho hincapié en que la letalidad se mantiene baja.
En la provincia de La Altagracia, que abarca Punta Cana, un atractivo punto turístico, los contagios comenzaron a registrarse por centenas desde el 2 de enero: 284, el viernes.
«Mi hijo de cinco años resultó positivo en la prueba (de covid-19), avisamos al hotel y ellos nos cambiaron a un área que tenían habilitada para confinamiento», dijo a la AFP un turista chileno alojado en un hotel cinco estrellas de esa ciudad costera en el extremo este del país, que pidió no ser identificado.
El hombre de 40 años, que visita el país junto a otras nueve personas, explicó que cuando fueron trasladados a la zona de «confinamiento» del hotel, en principio solo estaba habilitado un edificio, pero con el pasar de los días otro bloque fue dispuesto.
Las habitaciones están custodiadas con guardias, según comentó. «Creemos que tenían mucha gente en la misma condición», subrayó.
«Imposible»
No está claro cuántos huéspedes ocupan estas áreas de confinamiento: los hoteles prefieren evitar cualquier información que pueda confundirse con mala publicidad, aunque un ejecutivo de una importante cadena comentó bajo reserva que las tarifas que cobraban para los huéspedes en el área de aislamiento eran «irrisorias».
La asociación de hoteles tampoco respondió a pedidos de un comentario.
El presidente dominicano Luis Abinader, descartó por ahora un confinamiento. «Volver atrás, eso es imposible», dijo en un evento oficial el jueves. «Estamos tomando todas las medidas para asegurar que podamos tener un país con una salud segura, pero al mismo tiempo que podamos continuar con nuestra economía», puntualizó.
«Logramos recuperar y cuidar el turismo, la economía, los empleos, las divisas y la esperanza, alcanzando cifras récords de turistas y más de 250,000 empleos en el sector turismo», se felicitó luego en una rueda de prensa.
Aún así, hay críticas sobre estas medidas. El presidente del Colegio de Médicos de Dominicana, Senén Caba, reprochó al Estado su actuación «permisiva» con el sector comercial y estimó que las autoridades están siendo «altamente complacientes» contribuyendo a potencializar los contagios.
El Senado aprobó el miércoles una resolución que solicita al Ministerio de Salud que exija a todos las personas que visiten el país pruebas de PCR y evidencia de vacunación.
«No podemos recibir a todo el que quiera sin ningún tipo de protocolo», señaló el senador Yván Lorenzo en la Cámara Alta.
Sin embargo, Joel Santos, empresario hotelero y asesor turístico, indicó que precisamente el protocolo aplicado en el sector turismo ha garantizado el crecimiento reportado.
Un crucero atracó por ejemplo en Puerto Plata (norte) con 146 contagiados, la mayoría tripulantes, y las autoridades aseguraron que ningún enfermo bajaría del barco, según la prensa local.
«El turismo es confianza y esa manifestación de confianza se transmitió (…) en los países emisores de turistas que vieron que República Dominicana tomó en serio su proceso», señaló Santos.